Chapitre 1 - (Spanish version)

Capítulo 1

La esencia del baile

 

Antes de cinco, seis, siete, ocho...
Una o dos cosas que saber, y tres, cuatro interrogaciones.

¿La esencia del baile, natural o cultural?



Siempre me he preguntado la razón por la que un niño que apenas camina; baila instintivamente cuando oye música. Como si la pasión estuviera en él y a fortiori en cada uno.
Por supuesto que venimos a este mundo con tendencias preexistentes, a nivel de comportamiento o de personalidad, tendencias ligadas ciertamente con nuestra genética. ¿Pero de dónde vienen todas estas ganas misteriosas, inexplicables y mágicas, que posee un bebé al moverse al ritmo de la música? ¿Sería como una transcendencia? Es innato sin duda me diría, porque sería demasiado prematuro hablar de conocimiento.

 

¡La espontaneidad infantil!

 

Frente a esta espontaneidad, solo se puede sentir admiración, no por la técnica, pero si por la sencilla razón de que tomamos conciencia que el bebé no es indiferente a la música y que su cuerpo interactúa con ella. Que lleva el compás con la cabeza y que la mueve de izquierda a derecha, podemos ver que de manera inocente y espontánea: ¡él baila! 

 

Entonces, antes de la influencia de un ámbito cultural cualquiera, parece que el baile a esta edad resulta tan natural como la respiración. Claramente, una es vital, pero la otra será, para muchos de nosotros una razón de vivir. Como lo decía acertadamente el coreógrafo de baile húngaro Rudolph Laban: “Cada ser humano lleva en sí un bailarín”.

 

¿Por qué esta magia desaparece después?

 

El niño camina cada vez mejor e intenta correr también, en pocas palabras, crece. Poco a poco toma conciencia del mundo que hay a su alrededor. Va a la escuela, frecuenta a otros niños, juega tranquilo, pero mientras más crece, más se preocupa por la mirada de sus semejantes. No es solo en física cuántica que la mirada influencia el comportamiento de las partículas. En nuestra sociedad igual.
Esa mirada influencia muchísimo nuestra manera de ser y de actuar. Es por esto que una de las fases de la infancia, la famosa adolescencia pasa por una actitud menos espontánea, más reflexiva y también calculada. Todo lo contrario, al baile.

Este miedo de ser juzgado es realmente un freno importante, es el responsable de la timidez. Algunos tienen facilidad estando en un grupo, para otros es una pesadilla. Hablar en público parece imposible, el estrés los hace ponerse extremadamente nerviosos.

Reservado, introvertido, secreto, todos estos adjetivos solo existen por culpa del miedo de la mirada de los demás. Sorprendentemente, actividades de grupo como el deporte, el teatro, o el baile contribuyen a escapar de este miedo.

Con estas actividades, el contacto con su semejante aumenta la confianza en sí. A lo largo de mi carrera he visto, niños, adolescentes e inclusos adultos transformarse o metamorfosearse.  En realidad, la palabra “metamorfosis” no es tan precisa porque lo que ocurre es que la mayoría de esas personas se vuelven en público lo que son en privado: ¡naturales! A través del baile, esas personas nos muestran sus verdaderas personalidades. ¡Incluso para las más introvertidas, el descubrimiento insospechado de un potencial oculto! Este potencial les permite exteriorizar como nunca antes es ¡Una verdadera liberación!

 

¡La mirada del otro no me importa!

La ausencia de la mirada de los semejantes crea la sinceridad del movimiento.
¡Esta casualidad nos da la sensación de que uno es “el mejor bailarín” en la habitación!
Al fin de la escuela o de la jornada laboral, en las tardes de la semana o el fin de semana, buscamos en nuestra playlist la música que nos permite expresarnos. No se requiere de un calentamiento, ¡rápido! El deseo y por sobre todo la impaciencia nos excitan. ¡Play a la música y allá vamos!
Nadie nos observa, el sonido encuentra nuestras orejas, nuestro cuerpo, nuestro espíritu. Con o sin sol, el oído es el rey de los sentidos para el bailarín. No se necesita una galería de espejos, los pasos y movimientos parecen totalmente estar orquestados por el maestro nuestro móvil. ¡La magia actúa! El cuerpo se conecta rápida y naturalmente la música. Esto nos puede parecer inútil, sin gran importancia, pero es todo el contrario. El cuerpo se expresa de la manera más sincera. No importa el movimiento que hace, no importa la técnica, nada es calculado, no hay pensamientos, ¡solo es baile!
Existe el famoso “cogito ergo sum” del filósofo francés Descartes que dice: BAILO luego EXISTO.
Es la cosa más importante por sobre todas las técnicas más respetables, esa etapa es la base. Es la razón por la que uno siente una inconmensurable sensación de bienestar. ¡El cuerpo está conectado, y nada puede alterar la secreción de dopamina o de endorfina!


Para resumir “baila como si nadie te observara”.

 

¿Es más fácil decir que hacer?  Algunos consiguen, otros no, mientras otros buscan una metodología para implementar esta regla. ¿Un ejercicio sencillo y eficaz? La constancia. El hecho de repetir a sí mismo, y a menudo que la mirada de los demás no nos importa. 

Permítame ilustrar este propósito con una imagen pertinente de física cuántica. En pocas palabras con respecto al mundo de las partículas subatómicas, el reino de las partículas y su extrañeza. En el ámbito cuántico, cuando se observa una partícula, ella se comporta como un trozo de materia. ¿Y usted se preguntará ahora, cuál es el vínculo con el baile? Ya llega….

Imagine que esta partícula, cuando nadie la observa, tiene un comportamiento totalmente diferente. Actúa como si fuera libre de hacer todo lo que quiere, ¡está por todos lados y se comporta como una onda! La propiedad de dualidad de una partícula. Con esta analogía, entendemos muy bien que la mirada dirige la acción y hay que saber escaparse de ella. Olvidar la mirada del otro. Poco a poco, las miradas pesadas que molestan, esas miradas que limitan sus posibilidades, y que frenan su libertad de expresarse totalmente, desaparecerán. Quedará solo la música y usted.
Todos empezamos a bailar ya sea con amigos o en nuestra intimidad, escuchando música, viendo la televisión o tutoriales en internet. Después vamos al entrenamiento, seguimos clases, workshops, etc. Para tarde o temprano expresarse en el escenario. En lo que concierne al hip hop, existe una multitud de acontecimientos en los que podemos expresarnos. Hay espectáculos de fin de año, battles (batalla), jams, fiestas, discotecas etc.….

Cada ocasión de bailar o compartir con el otro es útil. De la habitación a la sala de entrenamiento, de la sala al escenario, el proceso de evolución o de progreso solo lo va a satisfacer si la base está bien. El arte de Bailar con una B mayúscula.

¡La sinceridad del movimiento! Sin ella, tendrá la impresión de que le fata algo fundamental, porque no se puede mentir a sí mismo. Por mucho que aprende una serie de movimientos de memoria, aunque sean complejos, sin la base no valen para nada.

Hay que tener cuidado de no perder esa espontaneidad infantil, esa sinceridad que tiene usted cuando baila en su habitación. ¡Por supuesto podemos aprender movimientos, técnicas, secuencias y también coreografías completas, mientras conservemos el ritmo, el groove, el flow, varios adjetivos que se acercan a la base! 

Conectarse y sentir la música como si estuviera solo, dejarse llevar hacia donde quiera. ¿Conocen esa sensación de estar perfectamente en adecuación con la música? Cuando esta última nos inspira tanto que ya somos incapaces de reproducir los movimientos que acabamos de hacer.

 

Recapitulemos.

 

Pregunta para los principiantes. ¿Qué es más importante, la técnica o el control del cuerpo?
¿La espontaneidad? ¿La sinceridad? ¡Los felicito! Estas repeticiones son por supuesto hachas con voluntad. Con experiencia, les aseguro que se puede descuidar esa etapa sin darse cuenta, a favor de la técnica porque una vez adquirida, ¡siempre impresiona! El resultado es inmediato mientras que el Baile una B mayúscula afectará a toda persona que siga con interés su enfoque ya sea intelectual o emocional.
Este el reflejo de lo que es usted. BAILAR, es un cuerpo en interacción con la música, en alineación perfecta. Dejar de pensar, dejar de planear, dejar el cuerpo moverse sobre el ritmo que se ofrece a él. Es lo que llamamos en la jerga el freestyle. La improvisación. Por supuesto, mientras practicamos esta arte, se puede introducir secuencias, efectos y movimientos que son propios “cartouches. No es paradójico.  es como hablar naturalmente y escoger algunas palabras más que otras, entrenarse a ser elocuente y a la habilidad dialéctica. Representa el arte de combinar la espontaneidad y la reflexión.

¡El baile!

¿Por qué y para quién bailamos? No sería muy honesto decir que bailamos solamente para nosotros. ¿Por qué pintar maravillosos cuadros si nadie los ve? ¿Cuándo hablamos, lo hacemos con alguien verdad? Tenemos las palabras con el fin de comunicarnos. Es el mismo caso para el baile, se habla de expresión corporal. Considerando que no necesitamos ser poliglotas para comunicarnos en todos los continentes. El efecto, como sonreír, es parte del lenguaje corporal y es lo mismo en todos los idiomas.